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DIY significa literalmente “Hazlo tú mismo” (Do It Yourself). Se trata de una variante conceptual del bricolage que ha explotado gracias a Internet. Originalmente se trataba de solucionar problemas de la casa sin contratar a profesionales, pero gracias a Internet el concepto se ha ampliado a un enorme abanico de actividades y casos con el nexo común de tratarse de necesidades que uno puede aprender a solucionar por sí mismo.
El salto decisivo que ha proporcionado Internet es su modelo de comunicación y colaboración: en vez de tener que reinventar la rueda cada vez que acometemos un proyecto DIY del tipo que sea, una búsqueda por Internet nos va a proporcionar toda la información que necesitamos, para evitarnos errores, pasos innecesarios y hasta los pasos completos incluso para crear lo que buscamos, porque alguien ya lo hizo antes que nosotros y lo publicó.
Desde la infancia de Internet, en habla inglesa existen multitud de contenidos y espacios, auténticas comunidades donde los DIYers o practicantes del DIY comparten sus nuevas creaciones. Hay desde inmensos totum revolutuum donde cabe cualquier DIY imaginable, hasta espacios especializados: electrónica, decoración, etc. De hecho, no es evidente la distinción entre una comunidad de DIY, una comunidad de práctica e, incluso, una comunidad de desarrolladores de software libre.
En español no existe la misma tradición y sólo recientemente han comenzado a arrancar algunos recursos significativos acerca del DIY / Hazlo Tú Mismo. Si buscáis en un buscador una de las dos frases podréis localizar los contenidos más conocidos e importantes al respecto. En cualquier caso, si pensamos en “Hazlo Tú Mismo” en el sentido más amplio posible, podemos llegar a la conclusión de que es, realmente, una de las esencias de Internet: muchos estamos en Internet para aprender juntos de los temas que nos motivan, para mostrar nuestros resultados y aprender de los de otros.
Por más que el DIY/Hazlo tú mismo haya tenido en los países de habla hispana un despegue más lento y tardío que en USA, no ocurre lo mismo si pensamos en el concepto de una forma más general. Así, cualquier comunidad de práctica online se rige bajo los principios DIY: aportar y compartir información práctica sobre cómo llevar a cabo tareas, modificar dispositivos, con el único límite de la imaginación.
Finalmente, queda mucho por recorrer respecto a la unión entre DIY y necesidades de las personas con discapacidad. En los países desarrollados, con las rentas más altas, las soluciones de accesibilidad generalmente las suministran empresas especializadas y a altos precios. Esto deja fuera tanto a las personas y familias con pocos recursos económicos como a las personas con discapacidad en los países en desarrollo salvo muy pocas excepciones.
Por lo tanto, las instrucciones online de soluciones a problemas de personas con discapacidad tienen un potencial revolucionario: estar al alcance de personas que, por desconocimiento y/o dificultades económicas, no disfrutan de una solución determinada que mejora su calidad de vida.
Y si ya es la persona con discapacidad la que soluciona por sí misma una necesidad, se logra el resultado óptimo: la independencia combinada con la satisfacción de compartir una mejora con los que están en su misma situación.
Os ponemos tres ejemplos de instructables.com
~~DISQUS~~